Cesar Fioravanti

Prólogo de la muestra en el
Museo de Esculturas Luis Perlotti

Domingo Gato

"En boca cerrada no entran moscas", "ver para creer’”...  el refranero popular tiene un gran poder de síntesis para expresar ideas profundas y certeras, muy difícil de igualar.

Lo mismo ocurre con la obra de Arturo Alvarez Lomba, donde las formas creadas son las sugeridas desde el interior del árbol, que afloran como esculturas, a la manera de frutos maduros.

En su racional taller, cada hija -léase obra escultórica-, ocupa el espacio que ha logrado ganar. Incluso, algunas de ellas, han sufrido transmutaciones que las convirtieron en mariposas de ex crisálidas. Es un ámbito tranquilo y silencioso, donde los rayos del sol cambian cada hora los claroscuros que de ellas emergen.

Son suaves, erguidas, voluptuosas, rígidas y alabeadas a la vez, tienen aristas punzantes y planos oblongos como panzas embarazadas a punto de dar a luz. Seguramente en cada una de ellas  está latente la semilla con que fue plantada y contiene en su vientre, el mensaje que aflora de cada veta de esa madera que tan  dura vida recorrió en su historia.

Arturo se enamora de ese tronco y, en ese coloquio permanente entre el artista y su obra, se va gestando el lenguaje rico y preciso de pragmatismo simbólico.

La abstracción deja de ser tal, al potenciar con las imágenes que de ellas emergen, la concreción de las formas.

"Sin prisa y sin pausa" es el lineamiento constructivo de sublime orientalidad. En su pipa marca el tiempo de la meditación, dedicada a cada parte de ese cuerpo escultural. La simpleza todo lo puede, lo sencillo todo lo alcanza, la humildad todo lo enseña.

Tuvo el valor para asimilar, observar y palpar la materia en intensidad, actitud que le ofrece la reflexión y real capacidad para un resultado saludable. En este sabio y difícil arte de esculpir, obra y hombre se funden armoniosamente. Así es Arturo Álvarez Lomba, sereno, prudente y resposable. Su obra lo muestra dueño de un profundo poder de síntesis que equilibra la simplicidad de línea con la contundente presencia del volumen.